lunes, 27 de junio de 2016

Renovar la comunicación, de 2.000 años a esta parte


Puede sonar extraño hablar de renovación y de más de 2.000 años de historia en el mismo post. Pero casualmente (o mejor dicho, causalmente) eso es lo que está sucediendo en gran medida en la Iglesia Católica. Si hay algo que se le destaca al Papa Francisco -incluso por no católicos y no creyentes- es su capacidad como orador y comunicador. Conceptos claros, contundencia en sus mensajes y “ruptura” del protocolo son algunos de sus principales valores. 
Ahora bien, desde el punto de vista profesional de la comunicación, lo más interesante de esto es que no se da por una coincidencia de los tiempos y la persona elegida, sino que detrás hay una estrategia de comunicación propuesta e impulsada por el propio Francisco y un equipo -más pequeño de lo que se cree- convencido y dedicado a evolucionar. El hecho de haber tomado la decisión de invertir en recursos, tiempo y energías para mejorar los propósitos, formatos y plataformas de comunicación, habla de una clara visión y la decisión de acortar las distancias entre la Iglesia y la gente. 
Aunque muchas veces los mensajes sean dirigidos a los jóvenes, el eje de las comunicaciones no tiene únicamente que ver con ellos. Porque justamente el gran objetivo es acortar diversas brechas: de edad, de las barreras culturales y los límites tecnológicos. Cabe recordar casi en vísperas de una nueva Jornada Mundial de la Juventud, que este año se hará en Cracovia, suprimera gran frase como Pontífice allá por 2013 en JMJ de Rio de Janeiro: “(…) hagan lío, cuiden los dos extremos de la vida, los dos extremos de la historia de los pueblos que son los ancianos y los jóvenes (…)”
Eventos de lanzamiento, creación de imagen de marca, posicionamiento de voceros, impulso de una presencia global y local, desarrollo de aplicaciones móviles y generación de comunidades de diálogo… Son estas algunas de las acciones que dan sentido a los planes de comunicación que el propio Francisco está implementando a través de sus equipos. Y aquí radica uno de los principales cambios, ya que muchas instituciones como la Iglesia Católica históricamente estuvieron marcadas por el trabajo voluntario, y ahora evidentemente han identificado la necesidad de profesionalizar la comunicación, de manera que el valor que cada una aporta a la sociedad se vea reflejado en su mensaje. 
Podemos citar a modo de ejemplo a la Red Mundial de Oración del Papa, un organismo del Vaticano que tiene a su cargo la difusión de las intenciones de Francisco por los desafíos de la humanidad, que trascienden lo religioso y se centran en las dificultades que el mundo entero tiene hoy (pobreza, contaminación, maltrato a la mujer, entre otras). La Red Mundial de Oración del Papa creó El Vídeo del Papa -el primer spot publicitario de la historia protagonizado por un Papa- y Click To Pray -una app que reúne a miles de personas del mundo entero en torno a una causa -, dos proyectos innovadores que buscan difundir las intenciones a la vez que mejoran los procesos y formatos de comunicación de la Iglesia para renovarse después de 2.000 años. Porque nunca es tarde para renovarse.



Justiniano Vila

Alumno Máster DCEI 22ª edición – Universidad Autónoma de Barcelona.
Intelligence Manager de La Machi, Comunicación para Buenas Causas.