lunes, 11 de diciembre de 2017

La postverdad, esa gran mentira

La información sobre la situación política en Catalunya, antes y después de la celebración del Referéndum del 1 Octubre, me obliga a reír, para no echarme a llorar cuando leo, escucho o veo las noticias que los pretendidamente independientes periodistas de los medios de comunicación son capaces de redactar, explicar, mostrar. Vergüenza ajena que la manipulación y la mentira se hayan convertido en recursos informativos. De que todo valga. De la famosa “postverdad” para encubrir lo que directamente es falso y que se ha convertido en la principal enemiga del periodismo.

Lo siento en el alma, pero  tenemos un problema muy grave en la política editorial de algunos medios de comunicación y en el daño que hacen al conjunto de la población española. Se han convertido en propagadores de odio y eso no es defender la libertad de expresión o la libertad de prensa. En absoluto. Eso es ser un irresponsable.

Las cortinas de humo que se crean a partir de determinadas noticias, se han convertido en telones de acero para ocultar los temas que realmente enfangan a la clase política, a las grandes corporaciones económicas, a los poderosos que no quieren perder ni un ápice de su poder. Y que reflejan esta connivencia malsana entre periodistas y clase política. Muestran la relación entre las subvenciones del Estado a los medios de comunicación y los favores que éstos les hacen filtrando, inventando y propagando noticias falsas.

Ante este panorama, necesitamos comunicadores responsables en las organizaciones. Que emitan información veraz, que puedan usar las redes sociales para llegar al público y no solo a los mass-media. Hasta hace poco, se consideraba que los medios de comunicación se preocupaban de crear una ciudadanía bien informada, educada e interesada en la actualidad. Tal y como van las cosas, creo que serán los gabinetes los que tendrán que asumir una parte de este trabajo.

Albert Camus, Premio Nobel de Literatura, defendía en 1944, en la revista Combat. “Un país vale lo que valga su prensa. Y si es verdad que los periódicos son la voz de una nación, estamos dispuestos por nuestra parte y en la exigua proporción que nos corresponde, a elevar este país, elevando su lenguaje”.

Ahora mismo, lamento dudar de que existan las condiciones, las voluntades y hasta un número suficiente de personas que estén dispuestas a elevar el lenguaje del periodismo en España. Es decir, a crear y defender una prensa escrita, radiofónica, digital y audiovisual que tenga credibilidad y calidad.

Fernando González Urbaneja, en una conferencia titulada “Sin democracia decae el periodismo; sin periodismo se agota la democracia” dictada en el II Congreso de Historia del Periodismo Canario de 2016, decía “el buen periodismo tiene que ser beligerante contra las falsedades, no puede dejarse arrastrar por la extravagancia divertida, por lo espectacular o por la apariencia”. Y me temo que esa es la tónica, no general, pero que gana adeptos en España.

Estoy convencida que los estudiantes actuales y pasados del master DCEI, entenderán perfectamente a lo que me refiero. No informen de las nimiedades de sus organizaciones. Al contrario. Den las claves interpretativas que nos ayuden a comprender la importancia que tienen las organizaciones y las acciones que desarrollan. Informen a los periodistas para que no se equivoquen en sus relatos, en sus juicios, en las informaciones que nos den. Dediquen su tiempo y sus esfuerzos a mejorar la comunicación de sus organizaciones, porque ello les ayudará a mejorar toda su estructura organizativa y hasta la cuenta de resultados. Y por favor, trabajen siempre respetando la ética y el rigor en la comunicación.



Dra. Maria José Recoder i Sellarès
Decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (UAB)

2 comentarios:

  1. Excelente artículo y si bien habla sobre la actualidad de la prensa española creo que se puede extrapolar a cualquier otro país. Por ejemplo, vivo en Argentina y a medida que avanzaba en la lectura parecía que hablaban del funcionamiento de los medios en mi país.
    Me gustó también la reflexión final sobre lo que podemos hacer nosotros como comunicadores desde el lugar que nos toque. Es interesante no dejarse caer en la dinámica que los grandes medios imponen como la única posible para ejercer el oficio de la comunicación.
    Gracias por este y todos los posteos que comparten, para poder seguir pensando nuestra profesión.
    Saludos
    Ileana

    ResponderEliminar
  2. Gracias Ileana, por tus comentarios y por leernos. Estamos en contacto, un saludo de todo el equipo DCEI.

    ResponderEliminar